¿Has notado alguna vez un pequeño crecimiento circular, parecido a un callo, en la planta del pie, con un pequeño punto negro en el centro?
Esta afección común se conoce como «ojo de pez» o «verruga plantar». El término médico es verruga. El ojo de pez se ve con frecuencia en corredores, diabéticos y personas que caminan descalzas en zonas normalmente húmedas, como los vestuarios de los gimnasios, las duchas y las piscinas.
Causas del ojo de pez

La causa más común del ojo de pez es la exposición al virus del papiloma humano (VPH). Cuando un individuo entra en contacto con el VPH, puede desencadenar el crecimiento de una verruga plantar.
Cada una de las más de 120 cepas diferentes del VPH puede dar lugar a un tipo específico de verruga plantar. Por eso, algunas verrugas pueden desarrollarse en un patrón de verrugas diminutas, también conocidas como verrugas en mosaico.
El ojo de pez también puede desarrollarse después de la exposición a otras enfermedades dermatológicas y podológicas, como tínea atípica en el pie de atleta, onicomicosis y psoriasis. Además, el deterioro del sistema inmunitario, por ejemplo, en el caso de un trasplante de órganos, puede propiciar el desarrollo del ojo de pez.
Signos y síntomas del ojo de pez
Típicamente, un ojo de pez se presenta como un crecimiento ligeramente elevado, redondo u ovalado, que puede alcanzar el tamaño de 2,5 cm (1 pulgada).
La lesión puede ser más clara u oscura que la piel circundante. Suele aparecer alrededor del arco plantar, en la planta del pie o en el talón. Con mayor frecuencia, el crecimiento circular presenta un diminuto punto negro o rojo en el centro.
Los pacientes que buscan cuidados podiátricos también informan de un dolor en la planta del pie, que a menudo está relacionado con la verruga plantar.

Cuando el paciente se pone de pie, da un paso y se impulsa hacia adelante, la presión en la planta del pie puede presionar la verruga plantar, causando dolor.
Tratamiento del Ojo de Pez
El ojo de pez puede tratarse eficazmente por un podólogo cualificado. El tratamiento n.º 1 es aliviar el peso del pie infectado. Esto podría significar modificar los tipos de zapatos o quizás utilizar plantillas.

El siguiente paso es eliminar físicamente la verruga. Esto se puede hacer de varias maneras. El podólogo puede cortar ligeramente alrededor del ojo de pez para desprenderlo de la piel. Para asegurarse de que el ojo de pez se erradica por completo, al paciente se le puede aplicar un agente químico peeling moderadamente fuerte.
Otra medida terapéutica frecuente es el baño de ojopieza con nitrógeno líquido (también conocida como crioterapia).
Este proceso implica congelar la piel y provocar que esta se desprenda junto con la verruga. Y como la verruga es menos adaptable al frío que la mayor parte de la piel que la rodea, este método a menudo hace maravillas para erradicar la infección.
¿Ya es hora de un tratamiento podológico profesional?
Si te preocupa que tu pie pueda estar sufriendo un caso de ojo de pez, no hay mejor momento que el presente para pedir una cita con un podólogo titulado. El tratamiento profesional es necesario para eliminar la verruga por completo. Si no se elimina a fondo, el ojo de pez volverá.
Recibir atención podológica de inmediato ayudará a evitar que el ojo de pez se propague al pie de un ser querido u otras personas que entren en contacto físico regular y cercano con el infectado. Por último, solicitar atención podológica precoz puede ayudar a evitar tratamientos médicos excesivos o innecesarios.
