Podría parecer un rompecabezas llegar a aceptar que una formación benigna de crecimiento en el exterior de la piel implica, de hecho, una infección vírica. Aunque la palabra «papiloma» ruede por tu lengua, o un término general como «verrugas», puede parecer bastante inquietante, una infección por «papiloma» es un signo de infección por virus del papiloma humano (VPH) o por parvovirus.
Son 2 tipos bastante comunes de virus que penetran en las grietas y abrasiones de la piel. En un paciente con una herida, trabajarán para crear un nuevo conjunto de proteínas, como queratinas, y fuera del punto infectado, las poblaciones de células madre comenzarán a dividirse y brotarán papilomas en forma de mecha.

¿Cuáles son las causas de los Papilomas?

Los virus más comunes que son responsables de la formación de papilomas son los virus del papiloma humano (VPH), que producen hiperproliferación benigna de la piel, y los parvovirus, también conocidos como enfermedad de manos, pies y boca.
El VPH puede propagarse fácilmente de persona a persona y se ha relacionado con el desarrollo de varios tipos de cáncer, como los de cuello uterino, garganta y ano, entre otros.
Los parvovirus también pueden transmitirse mediante el contacto con objetos infectados y, por tanto, entrañan un riesgo de transmisión a los trabajadores sanitarios.
¿Cuáles son los síntomas?
La característica más común de los papilomas es su consistencia áspera, porque cada papiloma se solidifica y engrosa con el tiempo. Pueden aparecer papilomas en forma redonda, en racimos u alargados. Su color varía, pudiendo ser marrones, color carne o incluso escamosos.
Aunque es razonable deducir que la forma de un papiloma incluirá su localización, la realidad es que los papilomas pueden desarrollarse en cualquier parte de la piel.
Sin embargo, son más frecuentes en el cuello, la cara y las manos la mayor parte del tiempo.

Es crucial reconocer que los papilomas en la zona genital suelen indicar que un individuo se ha contagiado de una cepa de la infección por virus del papiloma humano que crea cáncer. El mero hecho de tener un papiloma en los genitales no indica nada de la propuesta hasta que no se examine al individuo infectado.
¿Cómo se diagnostican los Papilomas?

En la mayoría de los casos, el diagnóstico se basa en las características propias, aunque en ocasiones será necesario realizar una incisión en la protuberancia para permitir el análisis de las células implicadas.
Suele realizarse una pequeña biopsia, y se utiliza un microscopio para estudiar los resultados. Una vez confirmado el diagnóstico, es necesario realizar un examen más exhaustivo para conocer la causa y detectar la presencia de parvovirus o VPH.
¿Cuál es el tratamiento?
La terapia para eliminar los papilomas implica la extirpación física de las protuberancias. Los pacientes también pueden elegir entre una variedad de otros procedimientos operatorios, como la criocirugía, la electrodesecación o la laseroterapia, aunque los resultados pueden no ser tan buenos como cuando se extraen las protuberancias.
Por ejemplo, las verrugas sometidas a crioterapia crean microtrombos, que al final provocan la purga y la cicatrización de las heridas. Es distinto en el caso de los papilomas cutáneos, ya que suelen formarse macrotrombos que persisten hasta que la fibrinólisis los descompone. Esto prolonga el proceso de cicatrización y hace muy difícil la extirpación de estas protuberancias.

Los métodos quirúrgicos de eliminación suelen elegirse porque están obteniendo los mejores índices de erradicación.
Conclusión

Los papilomas son crecimientos benignos en la piel causados por virus, en particular el virus del papiloma humano (VPH) y el parvovirus. Suelen ser de color carne, marrón o escamosos, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Lo más frecuente es que se desarrollen en el cuello, la cara y las manos.
Es esencial obtener un diagnóstico adecuado, especialmente en el caso de las verrugas genitales, que podrían ser un signo de infección por el virus del papiloma humano (VPH) que puede provocar distintos tipos de cáncer. Una vez realizado el diagnóstico, se puede utilizar una variedad de procedimientos para eliminar las verrugas. Los métodos quirúrgicos suelen ser la mejor opción.
Si tienes alguna otra duda sobre los papilomas, o si tienes alguno de los síntomas mencionados anteriormente, es muy recomendable que consultes a un profesional de la salud para que te diagnostique y trate adecuadamente.